Esa va a ser la razón por la que he ganado unos kilitos... Nada tiene que ver, pues, la disminución progresiva en la cantidad de ejercicio físico, ni los excesos navideño-gastronómicos, ni el excedente de turrones que hay que finiquitar,...
La culpa es de mi horario: dormir 5 horas justitas no solo me da sueño durante el día, sino que me otorga bonitas ojeras, cansancio el fin de semana y ¡me hace engordar!.
Y no creáis que me lo invento, lo dice el prestigioso Telegraph en su edición online: Shortage of sleep is linked to obesity (Acortar las horas de sueño está relacionado con la obesidad), según un estudio de la Universidad de Stanford y de la Universidad de Bristol.
Vía The Old New Thing
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