Las semanas siguen pasando rapidísimo una tras otra... Sin ir mas lejos, hace ya nueve largos meses que no escribo una crónica y no solo es que apenas parezca haber pasado tiempo sino que, además, no tengo sensación de haber tenido resquicios en el día a día para haberme puesto a ello.
Y, sin embargo, está claro que el tiempo pasa porque con solo mirar atrás veo infinidad de pequeñas y no tan pequeñas cosas que hemos ido haciendo: por supuesto, durante el pasado verano... pero también en muchos otros fines de semana o días sueltos.
Por ejemplo, allá por julio de 2008, pasamos un estupendo fin de semana en las cuevas de Almagruz por cortesía de Manolo. Todo resultó absolutamente idílico: el entorno, las propias cuevas, la hospitalidad y atenciones de Manolo y el resto de su familia, el clima,...
Hay unas cuantas imágenes más disponibles en "Fin de semana en Almagruz".
Por su lado, las vacaciones de verano resultaron una experiencia muy interesante ya que alquilamos una furgoneta Mercedes Vito entre siete amigos y dedicamos 10 intensos días de agosto a viajar visitando Las Hurdes, Guarda, Coimbra, Oporto, Aveiro, Viseu,...
Además, después de esos miles de kilómetros de carretera, pudimos disfrutar de otros 10 días de hospitalidad familiar en La Gomera que cerraron las vacaciones veraniegas del año.
La Noche en Blanco 2008 nos volvió a dejar cierto sabor agridulce. Por un lado, la agradable sensación de poder disfrutar de ciertas calles principales madrileñas (Gran Vía, Castellana,...) como paseantes pero con la pega de la excesiva afluencia de gente (era digna de ver la aglomeración humana en los andenes del metro cuando todo estaba acabando) junto a algunos "montajes" artísticos... Yo creo que volveré a probar suerte en la edición de 2009.
En las visitas de día o de fin de semana, se podrían destacar la del mercado medieval de Ávila, la de Mundaka, el fin de semana en Almagro y Daimiel, una boda en Almargen,...
También ha sido un periodo plagado de cumpleaños: desde mi propia celebración estilo picnic en La Barranca, hasta las distintas celebraciones en Cuenca o en Madrid (uno, otro, otro más, y otro, y seguro que de alguno me olvido...).
Además hemos asistido a algunos eventos culturales, gastronómicos o reivindicativos como el nuevo espectáculo de Mayumana, la degustación de un huevo de avestruz, una visita a las Bodegas Bilbaínas en Haro, la tradicional cena navideña en Vitoria y las clásicas celebraciones familiares en Nochebuena - Navidad y Nochevieja - Año Nuevo o la manifestación por la Paz en Gaza.
Asimismo, hemos dado algunos buenos paseos campestres por La Pedriza, el Cerro del castillo (y otra vez de nuevo) y la Barranca.
Mención especial merece mi vuelta al pedaleo de montaña después de unos ocho años de abandono: participé en pleno diciembre en una marcha ciclista por la sierra de Madrid con salida desde Alpedrete, paso por Navacerrada y 45km de recorrido en total, "Caminos de la Sierra".
Precisamente durante el día anterior tenía dudas de si podría o no tener lugar la marcha ciclista debido a la intensa nevada pero la mañana del domingo me abrigué bien y me fui al punto de salida para ver con satisfacción que había suficientes ciclistas como para pensar que pocos se habían quedado en sus casas...
Así, alrededor de las 9:00 salimos los casi 300 aficionados y en cuanto dejamos el asfalto y nos metimos por los caminos empezamos a ver las dificultades a las que nos íbamos a enfrentar: nieve, hielo, viento y mucho frío.
Los primeros 10 km (la subida desde Alpedrete hasta Navacerrada pueblo pasando por Collado-Mediano) fueron los peores y tuve varios momentos la tentación de darme la vuelta... aunque finalmente lo aguanté. Desués, salió el sol durante un buen rato y aunque había que echar el pie a tierra en bastantes ocasiones la marcha tenía vistas preciosas, había buen ambiente, era entretenida y las piernas aguantaban bien...
La parada del avituallamiento fue hacia la mitad del recorrido, en Mataelpino y pudimos disfrutar de un caldito reconstituyente al sol. Y el resto del recorrido empezó a empeorar un poco el tiempo aunque la certeza de que ya quedaba menos de la mitad nos dio ánimos a todos.
Al final la conclusión fue que las piernas aguantaron bien, que técnicamente la dificultad fue mucho más elevada por la nieve y el hielo y que los ratos de sol nos permitieron un paisaje espectacular en muchos tramos...
No hice demasiadas fotos porque era complicado pararse en la ruta, así que solo hay algunas imágenes previas a la salida y posteriores a la llegada... y unas pocas durante el avituallamiento.
Ahora solo queda volver a publicar de forma habitual... ;-)
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