Un año más hemos permanecido fieles a una de las fiestas mondragonesas por antonomasia: Maritxu Kajoi. Trajes de época (o al menos, americana y corbata ellos y traje de noche ellas), aglomeración humana, trasnoche intensivo,... y una vez más hemos aportado nuevos participantes: una amiga de Sanlúcar para que conociera la fiesta, el clima, las costumbres y el paisaje de la zona.
Nuestro plan ha sido el habitual: reserva en las cabañas de Gaztainuzketa y cena de picoteo allí mismo antes de sumergirnos en el ambiente festivo. Sin embargo parece ser que la forma de plantearse la fiesta está variando ligeramente: aunque siempre ha resultado una fecha utilizada para quedar entre amigos, volver a juntar grupos dispersos o dedicarse al ligoteo más directo, lo habitual era trabajar por la mañana, prepararse por la tarde y salir a cenar de gala... y la tendencia actual parece indicar que empieza a tenerse libre el viernes para que la comida sea de gala y la cena quede limitada a un bocata en plena fiesta...
En todo caso, aguantamos bien la velada pese a la lluviosa tarde que presagiaba una húmeda y fresca noche. Manteniendo el recorrido habitual, terminamos de vuelta en las cabañas alrededor de las 7:00 del sábado.
El resto del fin de semana estuvo centrado en Vitoria-Gasteiz una vez que pasó la estupenda comida en Mendiola, un tranquilo y precioso paraje sobre Aretxabaleta: visita a la Catedral de Santa María y paseo por el centro la tarde-noche del sábado y picoteo de pinchos (entre ellos el ganador del campeonato vasco de pinchos de éste año, en el Toloño: milhoja de habitas sobre pisto de verdel)....
Y no contentos con ello, el siguiente fin de semana - puente resultó maratoniano:
Jueves: salimos pronto de Alpedrete y comemos en familia en Vitoria; café acompañados de buenos amigos allí mismo y visita a Iturmendi (y un par de impresionantes casonas) junto a deliciosa cena en compañía de otra pareja de buenos amigos.
Viernes: paseo por Araia para explorar las novedades urbanísticas de los últimos meses en pleno día cálido y soleado; excelente menú del día en el Umandi y visita familiar en Salvatierra-Agurain y la Clínica Álava en Vitoria-Gasteiz. Y para cenar, una sabrosa hamburguesa de 1/2lb. en un restaurante americano en muy buena compañía.
Sábado: Tras pasar fugazmente de nuevo por Vitoria-Gasteiz, día familiar en un caserío aislado del mundanal ruido entre Bilbao y Gernika. Bosques y praderas, sol y calor, mucho verde... y seis ovejas y un puñado de gatos.
Domingo: Un poco de madrugón en Araia, desayuno en familia en Vitoria, breve parada en Caleruega para otra visita a una tercera pareja de buenos amigos, comida en Santa Engracia con otro grupo de amigos, rápida visita familiar en Madrid City... y, al fin, de vuelta en Alpedrete a las 21h.
Resumiendo, un par de fines de semana muy intensos: el primero coincidí, como es habitual, con mucha gente con la que actualmente apenas puedo quedar; y el segundo lo dedicamos casi en exclusiva a visitar a familia y amigos.
Como casualidad adicional, nos encontramos una vez cada fin de semana con un antiguo compañero de trabajo de Alecop: la primera vez en el lateral de la Universidad de Mondragon, ya oscurecido; y la segunda en plena radiante mañana, paseando por Araia.
Y como guinda, múltiples recompensas gastronómicas: manzanas y nueces de Iturmendi; más manzanas, pimientos, guindillas y castañas de Arrieta; setas y uvas de Caleruega; productos ecológicos diversos de Vitoria; un queso Idiazabal de Araia...
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