Suele ocurrir durante agosto que aunque la mayoría de empleados se va de vacaciones, siempre queda un pequeño grupo atendiendo temas concretos o manteniendo ciertos sistemas en marcha. Suele ocurrir también que en las grandes empresas buena parte de sus empleados están subcontratados de un modo u otro, con lo que la rotación aumenta y la relación con los demás es menos intensa. Y suele ocurrir, en nuestro caso, que prácticamente nadie sigue trabajando las tardes de agosto.
Teniendo todo esto en cuenta, comienzo a detallar los hechos de un día a principios de agosto de éste año.
Poca gente trabajando: Seguridad, unos pocos empleados y unos cuantos subcontratados. El día transcurre con normalidad con todos pensando principalmente en zanjar a tiempo los temas laborales para disfrutar de la tarde veraniega.
Finaliza la jornada laboral y la gente recoge sus vehículos del aparcamiento y se dirigen a sus casas a comer y disfrutar de la tarde.
Sin embargo, un joven consultor subcontratado (menos de 30 años) no llega a su casa. Al principio piensan que será un atasco en la carretera o alguna urgencia laboral... pero se preocupan un poco cuando tampoco contesta al teléfono.
Tras varios intentos infructuosos, se ponen en contacto con Seguridad y ahí les indican que no han visto a nadie en la planta donde debería estar. Tras insistir, comprueban el aparcamiento y el único vehículo que queda es el del consultor.
Así las cosas, deciden hacer una búsqueda exhaustiva por el edificio... hasta que encuentran una puerta del wc cerrada por dentro. Y cuando la abren, allí está el cadáver del consultor.
De salud aparentemente normal, revisiones medicas sin sorpresas, joven, en su último día de trabajo antes de irse de vacaciones, parece que esa mañana se había sentido indispuesto, había ido al wc... y ya no volvió a salir de allí.
Lo raro (o triste) es que nadie se diera cuenta de nada, si no llega a estar esperándole su familia lo mismo se queda ahí encerrado varios días... ¿Tendrá esto algo que ver con la precariedad laboral?
Y conste que la historia es totalmente cierta, no como la famosa leyenda urbana del hombre que permaneció muerto en su mesa de la oficina durante 5 días.
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