Según nos cuenta Vincent Cheung en Alarm clocks are bad. How to wake up and feel better, nuestro sueño transcurre en ciclos de unos 90 minutos por cinco fases distintas: dos de ellas son de sueño ligero, dos más de sueño profundo y la quinta es la fase REM (la única durante la cual soñamos).
Según su teoría, la clave se encuentra en la fase del sueño en que estamos cuando el despertador empieza a sonar: si nos pilla en una de las fases de sueño profundo nos despertaremos cansados y desorientados mientras que si lo hace en una de sueño ligero estaremos descansados y despejados.
Y la solución que propone es simple: debemos fijar la alarma del despertador a la última hora posible para despertarnos mientras que desde un rato antes pondríamos una alarma o música mucho más suave. Si estamos en una fase de sueño profundo, la música suave no nos despertaría hasta el último momento mientras que si estamos en una fase de sueño ligero si que lo haría cumpliendo nuestro objetivo.
De todos modos, si éste método no te convence, siempre puedes comprarte el reloj SleepTracker, que analiza la fase de sueño en la que te encuentras para seleccionar el mejor momento de despertarse en el margen que le indiques. Todo ello por 149 dólares.
Vía Xataka
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