Y, en este caso, nunca mejor dicho lo de capear el temporal.
Pero empecemos por el principio, que suele ser el mejor lugar por el que se puede empezar...
Tocaba ya una visita a la familia y a algunos de los amigos que aun quedan en el norte peninsular. Tras más de ocho semanas sin tomar la carretera de Burgos (desde mi punto de vista pseudo madrileño; en otro caso diría la actual A-1) tenía ganas de ver a mis padres y hermanos. Además habían organizado una cenita en sidrería (evento lúdico-gastronómico que siempre se agradece), había quedado para sencillos cafés-tertulia con cuatro personas en distintos horarios y ubicaciones geográficas, tenía que realizar en Vitoria-Gasteiz una gestión inmobiliaria (una larga historia, en momentos aparentemente interminable y en otros momentos irritante, pero que se supone acabará por ser interesante alguna vez). Resumiendo, que este viaje planificado durante las dos semanas previas había supuesto quedar con bastantes personas hasta lograr que la agenda del fin de semana apenas dejara un resquicio de respiro.
Y todo ello para ver como el clima parece ir contra todo y contra todos justo en el peor momento. Toda la mañana del viernes 27 la paso revisando las previsiones meteorológicas, los partes de incidencias en carretera (www.dgt.es y www.trafico.euskadi.net) y los testimonios directos de amigos y familia.
A las 14:00, hora de iniciar camino, nivel verde en Briviesca y ninguna incidencia más... visto lo cual, iniciamos camino. Depósito lleno, cadenas y una manta en el maletero y unas zanahorias como víveres. Ningún atisbo de nieve en Somosierra, nada en la provincia de Segovia ni en la de Burgos,... Entramos en la autopista y paramos en el primer área de servicio sin haber visto nada de nieve. Son poco más de las 17:00 y bromeamos al respecto: "Pues vaya, como después de todo no veamos nada de nieve, menudo chasco...!", "Ya podría nevar un poquito, aunque solo sea muy poquito..." y similares. Sin embargo el aparcamiento y los arcenes del área de servicio estaban repletos de camiones. Y al ir a volver a la autopista tenemos que esperar casi 15 minutos a que un camionero retroceda hacia el aparcamiento de nuevo porque la guardia civil no le deja continuar (insisto, en este punto ni pizca de nieve). Ninguna advertencia, ningún cartel luminoso avisando,... y seguimos camino.
Según vamos avanzando, empezamos a ver un poco más de nieve en las cunetas. No nieva mucho, pero empieza a predominar el hermoso paisaje blanco. Hace frío, pero la carretera aun está perfectamente transitable... hasta que pasamos Briviesca. Allí, sin previo aviso, quedamos totalmente detenidos. Serían las 18:00 aproximadamente. La nieve empieza a caer con ganas, estamos por debajo de cero grados, oscurece poco a poco y la interminable fila de vehículos no se mueve.
Ya oscurecido, el espectáculo mejora: intensa ventisca de nieve aderezada con rayos y truenos. Hablamos con varios familiares y amigos por teléfono mientas tratamos de cazar emisoras de radio que hablen del asunto del tráfico en la autopista. Las informaciones que obtenemos son descorazonadoras: que está todo cerrado a la altura de Briviesca, que también lo está en Pancorbo, que va a nevar bastante más aún. En ese momento, salgo del coche para colocar las cadenas por si nos pusiéramos en marcha (la nieve se acumula bastante, sobre todo en el lado del coche más expuesto a la ventisca).
He puesto en otras ocasiones las cadenas y no resulta difícil... pero colocarlas en medio de una ventisca, con las ruedas parcialmente tapadas por la nieve, gafas y las manos desnudas le dan al asunto mucha más emoción. Menos mal que había un BMW justo delante cuyo dueño no sabia colocarlas y que tenía un guante (mano izquierda) disponible... Gracias a ese guante coloqué cadenas a cuatro ruedas (las dos delanteras mías y las dos traseras suyas) y solo perdí temporalmente la sensibilidad en los dedos de la mano derecha...
Y poco después, ¡la fila de vehículos se pone en marcha! Unos 1000 metros más adelante, vemos dos colisiones múltiples de unos 15 vehículos en total. Varios de ellos seriamente dañados y ya cubiertos por un buen montón de nieve. Continuamos a ritmo cansino hasta que volvemos a detenernos a poca distancia de la señal que indica 1000 metros a la salida de Pancorbo.
En ese momento es noche cerrada, las 23:00, y empezamos a replantearnos las opciones que tenemos. Siguen diciéndonos que desde Miranda a Vitoria está muy mal, que va a seguir nevando y que no se espera mejoría hasta el lunes. Y esto último nos hace tomar la decisión de darnos la vuelta en cuanto podamos: no me apetece nada repetir la historia el domingo. Además la autopista tiene nieve pero no atasco en sentido contrario. Alrededor de las 24:00 alcanzamos la salida a Pancorbo y podemos dejar la autopista. En el peaje nos cobran el precio normal y nos dicen que no se puede volver a entrar a la autopista con dirección a Burgos: varios camiones lo han intentado por la tarde y se han quedado cruzados bloqueando el acceso a la misma. Solo nos queda la A-1... y por ahí lo intentamos, en dirección a Burgos.
Poco después de llegar a la antigua carretera nacional, sensaciones extrañas: mucha nieve en la carretera y absoluta soledad. Además se rompe la cadena de la rueda izquierda y tengo que bajar de coche (esta vez sin guante) para quitarla y continuar camino con una sola cadena.
Menos mal que al poco rato empieza a mejorar el panorama: nos encontramos con más vehículos y un quitanieves retirando camiones atascados, deja de nevar, encontramos una cafetería a pie de carretera donde nos tomamos unos cafecillos calientes y ayudamos a sacar de la nieve a un par de vehículos (una pareja joven de portugueses y otra madura camino de Eibar).
Reconfortados, seguimos camino viendo aliviados como la carretera está cada vez mejor. Y a la altura de Briviesca volvemos a la autopista (en el peaje nos dijeron que no estaba muy bien, pero un guardia civil nos aseguró que estaba transitable desde Briviesca hacia Burgos). Y, efectivamente, estaba transitable. Circulamos prácticamente solos y con mucho cuidado porque había bastante nieve y unos 5 grados bajo cero, llegamos a Burgos.
Y desde ahí, también con cuidado por el intenso frío pero sin nieve, vuelta a Alpedrete (a donde llegamos a las 4:00). En total, casi 700km y 14 horas de viaje.
P.D.: el viaje al norte ha quedado pospuesto hasta este próximo fin de semana... y acabo de ver en la TV que hay previsión de empeoramiento del tiempo: aumentan las precipitaciones y puede que sean de nieve!!
0 comentarios:
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
Publicar un comentario